Conceptos básicos de Google
Cuando se sienta frente a su equipo informático y realiza una búsqueda en Google, obtiene de forma prácticamente instantánea una lista de resultados de la Web. ¿Qué sistemas utiliza Google para encontrar páginas web que coincidan con su consulta y para determinar el orden de los resultados de búsqueda?
Para explicarlo de forma sencilla, realizar una búsqueda en la Web es como consultar un libro muy extenso en el que un índice exhaustivo nos indica exactamente la ubicación de cada elemento. Cuando efectúa una búsqueda en Google, nuestros programas consultan nuestro índice para decidir qué resultados de búsqueda son los más relevantes y mostrárselos.
A continuación se indican los tres procesos clave para la presentación de los resultados de búsqueda.
RASTREO
El rastreo es el proceso mediante el cual Googlebot descubre páginas nuevas y actualizadas y las añade al índice de Google.
Google utiliza una enorme cantidad de equipos informáticos para obtener (o "rastrear") miles de millones de páginas de la Web. El programa encargado de recuperar este contenido es Googlebot, también conocido como robot o araña. Googlebot utiliza un proceso de rastreo algorítmico: a través de programas informáticos se determinan los sitios que hay que rastrear, la frecuencia y el número de páginas que hay que buscar en cada sitio.
El proceso de rastreo de Google comienza con una lista de URL de páginas web generada a partir de anteriores procesos de rastreo y se amplía con los datos de los sitemaps que ofrecen los webmasters. A medida que Googlebot visita cada uno de estos sitios web, detecta vínculos en sus páginas y los añade a la lista de páginas que debe rastrear. Los sitios nuevos, las modificaciones en los existentes y los enlaces obsoletos se detectan y se utilizan para actualizar el índice de Google.
Google no acepta retribuciones económicas para rastrear un sitio con mayor frecuencia y separa el servicio de búsqueda del programa de generación de ingresos, AdWords.
Indexación
Googlebot procesa todas las páginas que rastrea para elaborar un índice completo de todas las palabras que detecta y de su ubicación en cada página. Además, procesa la información incluida en las etiquetas y los atributos de contenido clave, como las etiquetas "Title" y los atributos "ALT". Googlebot puede procesar muchos tipos de contenido, pero no todos. Por ejemplo, no puede procesar el contenido de una serie de archivos multimedia y páginas dinámicas.
Publicación de resultados
Cuando un usuario introduce una consulta, el sistema busca en el índice las páginas que coinciden con esa consulta y muestra los resultados que considera más relevantes para el usuario. La relevancia se determina a partir de más de 200 factores, uno de los cuales es el PageRank de cada página. Este parámetro representa la importancia que Google asigna a una página en función de los enlaces procedentes de otras páginas web. En otras palabras, cada enlace a una página de un sitio influye en el PageRank del mismo. No todos los enlaces son iguales: Google se esfuerza en mejorar el servicio que ofrece al usuario identificando los enlaces fraudulentos y otras prácticas que influyen negativamente en los resultados de búsqueda. Los mejores enlaces son los que se basan en la calidad del contenido del sitio.
Para que su sitio consiga una buena posición en las páginas de resultados, es importante asegurarse de que Google pueda rastrearlo e indexarlo correctamente.
Al igual que los resultados de búsqueda de google.com, las palabras clave que utilizan estas funciones se generan de forma automática a través de rastreos web y algoritmos de búsqueda. Estas sugerencias sólo se muestran cuando se considera que pueden ahorrar tiempo a los usuarios.
Material Tomado de Google support
viernes, 13 de agosto de 2010
domingo, 8 de agosto de 2010
Neurosis
El término neurosis fue propuesto por el médico escocés William Cullen en 1769 en referencia a los trastornos sensoriales y motores causados por enfermedades del sistema nervioso. En psicología clínica, el término se usa para referirse a trastornos mentales que distorsionan el pensamiento racional y el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral adecuado de las personas.
Existe una confusión generalizada sobre el término “neurosis”. Por un lado se aplica, como síntoma, a un conjunto heterogéneo de trastornos mentales que participan de mecanismos inadaptativos ligados a la ansiedad. Por otra parte su uso popular (como sinónimo de “obsesión”, “excentricidad” o “nerviosismo”) ha provocado su extensión a terrenos no estrictamente ligados a la enfermedad mental.
Generalidades
El término clásico hace referencia a un trastorno mental sin evidencia de lesión orgánica que se caracteriza por la presencia de un nivel elevado de angustia y una hipertrofia disruptiva de los mecanismos compensadores de la misma. El sujeto mantiene un adecuado nivel de introspección y conexión con la realidad, pero presenta la necesidad de desarrollar conductas repetitivas y en muchos casos inadaptativas con objeto de disminuir el nivel de estrés. Se trata, en realidad, de un rasgo caracterial que acompaña al sujeto durante toda su vida, de gravedad muy variable, desde grados leves y controlables hasta situaciones gravemente incapacitantes que pueden llegar a precisar hospitalización.
Los especialistas afirman que, para protegerse de la angustia, las personas recurren a mecanismos de defensa como la represión, la proyección, la negación, la intelectualización y el desplazamiento, entre otros. Cuando se observan patrones crónicos de mala adaptación que simulen una neurosis, es posible que se trate de un trastorno de personalidad. Para identificar la neurosis, existen distintas pruebas psicológicas.
Historia de la neurosis
.El origen del término “neurosis” se encuentra a finales del siglo XVIII aunque su máximo uso se circunscribe al XIX, en plena eclosión de la especialidad psiquiátrica, siendo empleado originalmente para describir cualquier trastorno del sistema nervioso. El médico escocés William Cullen publica en 1769 su obra Synopsis nosologiae methodicae, refiriéndose con el término “neurosis” a un trastorno general del sistema nervioso, sin fiebre ni otras lesiones orgánicas demostrables, y capaz de alterar las capacidades sensitivas y motoras del individuo, mezclándose en este concepto patologías tan dispares como mareos y desmayos, el tétanos, la rabia, las crisis histéricas, la “melancolía” (posteriormente denominada depresión) o la manía. Sigmund Freud desarrolló diversos trabajos en relación con la histeria y los trastornos obsesivos, publicados entre 1892 y 1899, sentando las bases psicogénicas de lo que él denominó psiconeurosis. A partir de sus trabajos se elaboró una clasificación, ya en desuso, que distinguía varios tipos de neurosis (en función de la expresión final de los síntomas provocados por el síntoma nuclear de la angustia): Neurosis de angustia, neurosis fóbicas, neurosis obsesivo-compulsivas, neurosis depresivas, neurosis neurasténicas, neurosis de despersonalización, neurosis hipocondríacas y neurosis histéricas. El principal interés de Freud se centró en lo que denominó “neurosis de angustia”, descrita en torno a un estado de elevada excitabilidad del paciente expresada como “espera angustiosa” sobre la que el sujeto elabora expectativas funestas de futuro basadas en simbolismos (determinado sonido significa que un familiar acaba de morir, un gesto inapropiado acarreará mala suerte, etc.). Para Freud el paciente posee un caudal de angustia que permanentemente se va depositando en forma de miedos, fobias, ataques de angustia (taquicardia, taquipnea, sudoración), etc. En 1909 Pierre Janet publica “Las neurosis”, obra en la que establece el concepto de “enfermedad funcional” frente al modelo anatómico-fisiológico. Desarrolla así el paradigma médico que basa el daño no en la alteración física del órgano, sino en su función. Las funciones superiores, adaptativas, provocan cuando se ven alteradas o disminuidas, un estado “neurasténico” (o de “nerviosismo”) en el que se sobreexpresan otros estados inferiores como la agitación o la histeria.
Aspectos clínicos
El término neurosis fue abandonado por la psicología científica y la psiquiatría. Concretamente, la O.M.S. (CIE-10) y la A.P.A. (DSM-IV-TR) han cambiado la nomenclatura internacional para referirse a estos cuadros clínicos como trastornos, entre los que se incluyen:
1.Trastornos depresivos (distimia, ciclotimia, episodios depresivos leves, moderados o graves [con o sin síntomas somáticos])
2.Trastornos de ansiedad (fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, agorafobia, crisis de angustia, trastorno por estrés postraumático, trastorno de ansiedad generalizada)
3.Trastornos somatoformes (dismorfofobia, trastorno de conversión, hipocondría, dolor somatoforme, trastorno de somatización)
4.Trastornos disociativos (trastorno de personalidad múltiple, fuga y amnesia psicógenas, trastorno de despersonalización, trance y posesión)
5.Trastornos sexuales:
1.Parafilias (exhibicionismo, fetichismo, froteurismo, pederastia, masoquismo, sadismo, travestismo, voyeurismo)
2.Disfunciones sexuales (deseo inhibido, aversión al sexo, anorgasmia, impotencia, eyaculación precoz, dispareunia, vaginismo)
6.Trastornos del sueño (insomnio, hipersomnia, parasomnias, terrores nocturnos, sonambulismo, disomnia)
7.Trastornos facticios
8.Trastornos del control de impulsos (cleptomanía, trastorno explosivo intermitente, ludopatía, piromanía, tricotilomanía)
9.Trastornos adaptativos
10.Factores psicológicos que afectan al estado físico
11.Trastornos de la personalidad
12.Códigos V (simulación, problemas interpersonales, duelo patológico, problemas funcionales, rol de enfermo, etc.)
Existe una confusión generalizada sobre el término “neurosis”. Por un lado se aplica, como síntoma, a un conjunto heterogéneo de trastornos mentales que participan de mecanismos inadaptativos ligados a la ansiedad. Por otra parte su uso popular (como sinónimo de “obsesión”, “excentricidad” o “nerviosismo”) ha provocado su extensión a terrenos no estrictamente ligados a la enfermedad mental.
Generalidades
El término clásico hace referencia a un trastorno mental sin evidencia de lesión orgánica que se caracteriza por la presencia de un nivel elevado de angustia y una hipertrofia disruptiva de los mecanismos compensadores de la misma. El sujeto mantiene un adecuado nivel de introspección y conexión con la realidad, pero presenta la necesidad de desarrollar conductas repetitivas y en muchos casos inadaptativas con objeto de disminuir el nivel de estrés. Se trata, en realidad, de un rasgo caracterial que acompaña al sujeto durante toda su vida, de gravedad muy variable, desde grados leves y controlables hasta situaciones gravemente incapacitantes que pueden llegar a precisar hospitalización.
Los especialistas afirman que, para protegerse de la angustia, las personas recurren a mecanismos de defensa como la represión, la proyección, la negación, la intelectualización y el desplazamiento, entre otros. Cuando se observan patrones crónicos de mala adaptación que simulen una neurosis, es posible que se trate de un trastorno de personalidad. Para identificar la neurosis, existen distintas pruebas psicológicas.
Historia de la neurosis
.El origen del término “neurosis” se encuentra a finales del siglo XVIII aunque su máximo uso se circunscribe al XIX, en plena eclosión de la especialidad psiquiátrica, siendo empleado originalmente para describir cualquier trastorno del sistema nervioso. El médico escocés William Cullen publica en 1769 su obra Synopsis nosologiae methodicae, refiriéndose con el término “neurosis” a un trastorno general del sistema nervioso, sin fiebre ni otras lesiones orgánicas demostrables, y capaz de alterar las capacidades sensitivas y motoras del individuo, mezclándose en este concepto patologías tan dispares como mareos y desmayos, el tétanos, la rabia, las crisis histéricas, la “melancolía” (posteriormente denominada depresión) o la manía. Sigmund Freud desarrolló diversos trabajos en relación con la histeria y los trastornos obsesivos, publicados entre 1892 y 1899, sentando las bases psicogénicas de lo que él denominó psiconeurosis. A partir de sus trabajos se elaboró una clasificación, ya en desuso, que distinguía varios tipos de neurosis (en función de la expresión final de los síntomas provocados por el síntoma nuclear de la angustia): Neurosis de angustia, neurosis fóbicas, neurosis obsesivo-compulsivas, neurosis depresivas, neurosis neurasténicas, neurosis de despersonalización, neurosis hipocondríacas y neurosis histéricas. El principal interés de Freud se centró en lo que denominó “neurosis de angustia”, descrita en torno a un estado de elevada excitabilidad del paciente expresada como “espera angustiosa” sobre la que el sujeto elabora expectativas funestas de futuro basadas en simbolismos (determinado sonido significa que un familiar acaba de morir, un gesto inapropiado acarreará mala suerte, etc.). Para Freud el paciente posee un caudal de angustia que permanentemente se va depositando en forma de miedos, fobias, ataques de angustia (taquicardia, taquipnea, sudoración), etc. En 1909 Pierre Janet publica “Las neurosis”, obra en la que establece el concepto de “enfermedad funcional” frente al modelo anatómico-fisiológico. Desarrolla así el paradigma médico que basa el daño no en la alteración física del órgano, sino en su función. Las funciones superiores, adaptativas, provocan cuando se ven alteradas o disminuidas, un estado “neurasténico” (o de “nerviosismo”) en el que se sobreexpresan otros estados inferiores como la agitación o la histeria.
Aspectos clínicos
El término neurosis fue abandonado por la psicología científica y la psiquiatría. Concretamente, la O.M.S. (CIE-10) y la A.P.A. (DSM-IV-TR) han cambiado la nomenclatura internacional para referirse a estos cuadros clínicos como trastornos, entre los que se incluyen:
1.Trastornos depresivos (distimia, ciclotimia, episodios depresivos leves, moderados o graves [con o sin síntomas somáticos])
2.Trastornos de ansiedad (fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, agorafobia, crisis de angustia, trastorno por estrés postraumático, trastorno de ansiedad generalizada)
3.Trastornos somatoformes (dismorfofobia, trastorno de conversión, hipocondría, dolor somatoforme, trastorno de somatización)
4.Trastornos disociativos (trastorno de personalidad múltiple, fuga y amnesia psicógenas, trastorno de despersonalización, trance y posesión)
5.Trastornos sexuales:
1.Parafilias (exhibicionismo, fetichismo, froteurismo, pederastia, masoquismo, sadismo, travestismo, voyeurismo)
2.Disfunciones sexuales (deseo inhibido, aversión al sexo, anorgasmia, impotencia, eyaculación precoz, dispareunia, vaginismo)
6.Trastornos del sueño (insomnio, hipersomnia, parasomnias, terrores nocturnos, sonambulismo, disomnia)
7.Trastornos facticios
8.Trastornos del control de impulsos (cleptomanía, trastorno explosivo intermitente, ludopatía, piromanía, tricotilomanía)
9.Trastornos adaptativos
10.Factores psicológicos que afectan al estado físico
11.Trastornos de la personalidad
12.Códigos V (simulación, problemas interpersonales, duelo patológico, problemas funcionales, rol de enfermo, etc.)
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